El vino mexicano visto por el Master of Wine más mexicano, Martin Reyes
- Francisco Sandoval CSW
- 26 oct 2019
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 26 mar 2024

Después de varios percances (un “botonazo” mal dado que impidió que se grabara más de la mitad de la conversación, unas notas tiradas por accidente a la basura en casa de mi prima que con todo el cariño me recibió, y más tarde un celular perdido con el resto de las notas de voz que sí habían quedado grabadas), perdí todo registro de la entrevista que realicé a Martin Reyes MW sobre la actualidad del vino mexicano
😫🎙📝🗑📱🌊🤦🏻♂️😊.
Pero no podía dejar de contarles sobre esta charla que mantuve el pasado septiembre con el único Master of Wine de ascendencia mexicana, durante el concurso Mexico Selection del Concurso Mundial de Bruselas, llevado a cabo en Aguascalientes, y del que les contamos en nuestra entrada anterior.
El encuentro
Sí, sí habla español. A mí me tocó descubrirlo al ponerme en contacto con él por correo, donde amabilísimamente nos contestó que encantado accedía a la entrevista. Es hijo de padres mexicanos (específicamente de la sierra de Chihuahua, confesó) aunque él ya nació en San Diego.
Nuestro encuentro tuvo lugar el segundo y último día de evaluaciones, según lo acordado con Carlos Borboa, Presidente del certamen. Tras una larga caminata por las enormes instalaciones de lo que alguna vez fueran los talleres de los ferrocarriles en Aguascalientes, ahora convertidas en museos y centros de arte, encontré el salón donde se estaban llevando a cabo las sesiones de cata. Y ahí, entre el grupo de catadores, descubrimos a Martin (sin acento en la i, a la inglesa), con su característico atuendo: sombrero, saco blazer y camisa a cuadros o rayas. Justo habían terminado una última ronda de cata, a la que se tuvieron que volver a reunir para aclarar algunas discrepancias, por lo que tenían el tiempo encima. Nos lo presentaron y rogaron que no demoráramos mucho, justo tenían que ir a comer algo para continuar con la interminable peregrinación en la que traen al grupo de jueces.
Nos dirigimos a la entrevista, Martin me dijo que tal vez sólo tendría que interrumpirla para contestar una llamada desde el viñedo donde trabaja (Peter Paul Wines, en Napa) ya que estaban en plena vendimia. Le dije que no se preocupara y nos fuimos a una salita de lectura en el aledaño Museo Espacio (vean el cojín debajo del sombrero, ME 🤓😉), que muy amablemente ya me había prestado su Directora.
La entrevista
Empecé con una pregunta general, sencilla pero no simple: ¿qué es el vino para ti? Serio, en un español pausado pero muy correcto, me contestó que él lo veía como un enlace, un vínculo (un catalizador), no sólo de buenos momentos, sino de comunicación entre los seres humanos. Que cuando hay vino presente siempre se genera una conversación, ya sea lúdica, en una reunión entre amigos o familiares, o técnica, entre profesionales, abordando temas sobre su elaboración, pero el vino siempre nos hace hablar, relacionarnos.

En eso estábamos cuando entró la llamada de su viñedo. Giró un par de instrucciones rápidamente y regresó a la entrevista. Aproveché para hacerle una pregunta personal, cuál es el consentido de sus vinos. Confesó que el Chardonnay, por el que guarda un cariño especial ya que proviene del histórico viñedo del que salieron las uvas para elaborar el famoso Chateau Montelena, aquel que ganó en el Juicio de París. Entonces para él era como tomar la propia historia del vino en Estados Unidos, o al menos de la región.
Continuando con la entrevista empecé con el tema al que la quería dirigir: el vino mexicano. Primero hizo el disclaimer de que su opinión la emitía como un residente de los Estados Unidos (con “algo” de conocimiento de causa 🤓📖🍷📚😉), pero no como un especialista en la materia. Y se lanzó con una opinión sincera, en confianza. Para él el vino mexicano aún no es bien conocido, no tiene una “marca” fuerte. Además sigue siendo caro para lo que puede ofrecer. Y sin duda alguna queda mucho por avanzar con “educación” de toda la cadena de valor: desde los productores hasta los consumidores.

Acorde a mi visión personal, le pregunté si consideraba que el vino mexicano debiera intentar producir diferentes variedades, más acorde al clima cálido de la zona más al sur de la franja del vino del Hemisferio Norte, como uvas mediterráneas del sur de Italia o Grecia. Y contestó tajantemente que sí, que el vino mexicano bien podría beneficiarse con mayor experimentación en el viñedo, sembrando más uvas de climas cálidos: uvas españolas, Mencía, Graciano, más Garnacha, o de otros países: Aglianico, Nero d’Avola, Touriga Nacional.
A pregunta expresa, confesó que aún no hay ningún vino mexicano en su portafolio, Reyes Selections, pero quizá en un futuro cercano… Y si bien no quiso arriesgarse con una recomendación directa para acompañar comida mexicana con vino, sino seguir las conocidas reglas generales (evitar vinos con alto contenido de alcohol, taninos o un largo paso por madera), sí mostró asombro por lo mucho que ha avanzado la comida mexicana de alta gama a la par del vino mexicano.
Finalmente, me contó que sí tuvo la taco truck party mencionada al final del artículo que le dedicó SevenFifty Daily tras su nombramiento como Master of Wine. Y que efectivamente, como en todas las buenas fiestas a las que invitas a personas que les gusta el vino, cada quien llegó con el suyo, así que hubo mucho, a pesar de los deseos de su esposa 😊.
Di por terminada la entrevista y lo acompañé de regreso con el resto de la comitiva. Fuera de grabación, ya entrados en confianza, me solicitó si en el artículo podíamos diferenciar que su título es de Master of Wine y no Master Sommelier, ya que tenía la sensación de que es lo que más se conoce en México, donde al parecer se considera que los segundos ocupan el último eslabón de la cadena, el más alto escalafón en el saber del vino. Y, la verdad muy humildemente para la cantidad de conocimientos que posee alguien de su categoría, destacó que todos los eslabones son importantes, desde trabajadores del campo hasta importadores y distribuidores, que son los responsables de que el vino esté en nuestras mesas y que lo podamos disfrutar. Inclusive agregó, para mi beneplácito, a los promotores que difundimos el vino y hablamos de él. Prometí que así lo haría y ya que, como Sabina, siempre cumplo un pacto, cuando es entre caballeros, aquí lo cito.
Llegamos a donde estaban dando el catering: carne "en trompo" que no pude ver bien pero despedía un muy agradable aroma, como a tacos árabes, de los que Martin pidió ocho (😳) y bromeando (🤔😄), igual número de vinos. Lo dejé para que tomara sus alimentos y nos despedimos. Busqué nuevamente a Carlos para avisarle que había regresado a Martin y agradecerle su apoyo, y emocionado me fui a revisar mis registros. Ahí me percaté que no había conservado la mayor parte de la grabación, por lo que a toda velocidad busqué una mesa para tomar notas a mano, las mismas que después se perderían en el ataque de limpieza en casa de mi prima.

Después revisé las fotos, y vi que tampoco le había pedido que nos tomáramos una juntos. Regresé a buscarlo a la terraza y amablemente accedió, apurando el último pedazo del octavo taco porque ya los urgían a tomar las camionetas que los llevarían a su siguiente compromiso. -¿Qué buenos vinos probaste?- pregunté. Me señaló el Don Luis Viognier de L.A. Cetto que estaba sobre la mesa (Vino Blanco Revelación en este certamen) y me convidó su copa con lo que le quedaba del Tempranillo Nebbiolo de Corona del Valle, intenso, muy seco, riquísimo, que me supo a triunfo por la entrevista obtenida.
Nos despedimos, corrió a abordar la camioneta en la que continuaría su peregrinar y yo empecé a recorrer el evento, feliz por la charla cordial y aleccionadora con tan amable personalidad del mundo del vino.
Unas palabras finales
Tras la reflexión de la experiencia me quedo con sus dos grandes lecciones: el camino para el vino mexicano aún está por andar, seguir conociéndose y experimentando, no dormirse en sus laureles ni ser condescendiente consigo mismo, repetir lo que se ha hecho bien y aprender de lo que no. La segunda enseñanza es trabajar en conjunto, todos tirando para el mismo lado.
Finalmente agradezco nueva e infinitamente la iniciativa del México Selection, sobre todo a su principal promotor, el a veces tenso pero siempre amable Carlos Borboa y su grupo de colaboradores. Los resultados del certamen pueden ser discutibles, polémicos o no, pero sin duda su organización ha traído beneficios, como la exposición de regiones emergentes en particular y la promoción de la cultura del vino en general, además de permitirnos relacionar con tan grandes personalidades del mundo mundial del vino. 🤓🥂🌎🍷🌍🍾😉